¿Qué es la Inspección Técnica de Edificaciones (ITE)?

La Inspección Técnica de Edificaciones o ITE es un sistema obligatorio que se utiliza para controlar los edificios y viviendas, con el fin de asegurar que cumple con su rehabilitación, conservación, nivel de seguridad del inmueble y de sus habitantes.

¿Cómo se lleva a cabo la ITE?

La ITE la realizan técnicos especializados como arquitectos e ingenieros de edificación o aparejadores que realizan un informe técnico donde se detalla el estado de los elementos del edificio o la vivienda, las deficiencias que pueda tener y los riesgos y consecuencias que podrían derivar de ellas.

En primer lugar, se realiza una inspección presencial y visual del inmueble, para detectar posibles daños que afecten a la estructura de la construcción (fachada, azoteas). También se observa que la seguridad, estanqueidad, accesibilidad y redes de suministro de aguas y saneamiento son adecuadas. Generalmente, el técnico encargado de la ITE no suele acceder al interior de las viviendas del edificio que se esté inspeccionando, excepto que se detecten factores relevantes.

Dependiendo del tamaño del edificio y las deficiencias detectadas, la ITE puede durar una semana.

¿Cuándo hay que pasar la ITE?

Los edificios con más de 50 años de antigüedad deben pasar la ITE con éxito, al menos cada 10 años. La ley que regula esta obligatoriedad está recogida en la Ley 8/2013, del 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbanas.

Los edificios que no hayan pasado la ITE pueden ser sancionados según las ordenanzas municipales de cada ayuntamiento; pudiendo llegar a los 6.000 euros de multa. No obstante, no pasar la ITE no supone solo un riesgo económico, también se puede denegar la hipoteca al titular que la vaya a solicitar si quiere comprar una vivienda en dicho edificio o se puede paralizar el proceso de venta del inmueble.

¿Qué se valora en la ITE?

Los factores que condicionan la ITE son la cimentación, la estructura del edificio, las cubiertas, la fontanería y el gas.

  • La cimentación asegura el buen estado del edificio, por lo que en la ITE se valora que no existan grietas o daños que pongan en peligro la vida del edificio y sus habitantes. Se comprueban los pilares y la estanqueidad del saneamiento, siempre que es posible.
  • La estructura es importante, ya que garantiza la seguridad de algunas zonas peligrosas del edificio como pilares, forjados y voladizos. Algunos de ellos no solo atañen la seguridad interna del edificio, también la vía pública al estar colocados en el exterior.
  • Las cubiertas o tejados se tienen en cuenta en la ITE porque ponen a prueba la estanqueidad del edificio. Conocer si están en buen estado, garantiza una buena impermeabilización.
  • Los revestimientos se comprueban fácilmente en la ITE de forma táctil. Si el revestimiento se desprende, supondrá un peligro para la habitabilidad del edificio e influya en el veredicto de la ITE como no favorable.

¿Qué sucede si un edificio no dispone de la ITE?

Si un edificio no dispone de la ITE porque el resultado del análisis no ha sido favorable, se deberá solicitar una licencia de obras para realizar las mejoras necesarias.

Por otro lado, si un edificio no dispone de la ITE porque no ha sido inspeccionada en el periodo estipulado, puede acarrear sanciones económicas o bien daños para posibles compradores de las viviendas. La ley obliga a los vendedores entregar a los compradores el certificado de aptitud siempre que la vivienda haya pasado la ITE por la antigüedad del edificio.

Conocer esta información es tan sencillo como acudir al ayuntamiento de manera presencial o telemáticamente y consultar donde se encuentra ubicado el edificio. Con esta información sabremos si está pendiente de pasar la ITE o ya la ha superado con éxito.